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Bloques
de comercio regionales: tendiendo puentes
al ALCA
Comentarios
al Consejo de las Américas - Conferencia
de Washington
por David Kilgour, Secretario de Estado
para América Latina y África
11 de mayo de 1998
¿Son los
bloques de comercio regionales un puente
o una barrera al logro de un Área de Libre
Comercio de las Américas más amplia?
Canadá apoya
firmemente el punto de vista de quienes
creen que los bloques de comercio regionales
son un puente importante – no solamente
hacia un ALCA, sino hacia mejores relaciones
hemisféricas en general y hacia un entorno
comercial global mejor. El objetivo que
siempre debemos tener presente es lograr
una mayor liberalización del comercio en
las Américas.
Canadá ha
procurado la concertación de acuerdos comerciales
regionales y acuerdos bilaterales al mismo
tiempo que ha apoyado similares iniciativas
en los niveles hemisférico y global. Apoyamos
la "coexistencia" del ALCA con acuerdos
regionales y subregionales ya que son pasos
encaminados a la integración regional y
a un sistema multilateral global abierto.
Las diferentes vías de nuestra política
no son en modo alguno excluyentes, sino
complementarias.
El primer
puente que construimos fue hacia Estados
Unidos – la economía más importante del
planeta, y desde hace mucho tiempo nuestra
contraparte comercial más importante, un
amigo y aliado de mucho tiempo. En Washington
hay muy pocos secretos. Permítanme decirles
en este momento uno de los secretos mejor
guardados de Washington – el TLCAN está
dando frutos. El comercio entre Canadá y
los Estados Unidos se ha más que duplicado
en los diez años desde que entrara en vigor
el Acuerdo de Libre Comercio. Nuestro comercio
bilateral se eleva actualmente hasta más
de mil millones de dólares al día. Solamente
el aumento en las exportaciones de Estados
Unidos a Canadá en 1997, en comparación
con 1996, fue mayor que el monto de las
exportaciones hacia países como China, Francia
o Italia.
Nuestro próximo
puente, el TLCAN en 1994, añadió México
a la relación y fue una expresión del deseo
canadiense de vincularse con América
Latina.
Con el TLCAN nos enfrentamos – y estamos
teniendo éxito – el desafío de reconciliar
los intereses de las naciones con economías
ampliamente diferentes. Lo repito de nuevo,
esta experiencia nos ha enseñado muchas
lecciones que nos servirán en los próximos
siete años a medida que nos acercamos al
establecimiento del ALCA.
Para nuestro
próximo puente, Canadá quería incluir a
Chile en el TLCAN y nos negamos a detener
la marcha cuando el Congreso de los Estados
Unidos declinó concederle al gobierno de
ese país la autoridad para efectuar negociaciones
por la vía rápida (fast-track) que permitieran
ampliar el tratado. En vista de esa demora,
Canadá firmó por sí solo un acuerdo de libre
comercio bilateral con Chile, en gran medida
tomando como fundamento el modelo del TLCAN.
Nuestro puente hacia Chile nos da un vínculo
significativo con América del Sur, que es
un mercado principal para nosotros.
Hemos intensificado
las conversaciones con el MERCOSUR encaminadas
a alcanzar un acuerdo de Cooperación Comercial
y de Inversiones con ese bloque económico.
Recientemente Canadá firmo un memorando
de entendimiento sobre comercio e inversiones
en América Central, y hemos comenzado un
diálogo con la Comunidad Andina. De igual
importancia es nuestra relación histórica
con los países del CARICOM, lazos que continuamos
construyendo.
Las experiencias
de Canadá con los acuerdos comerciales regionales
han sido extraordinariamente positivas y
las apoyamos siempre y cuando estén acordes
con una futura ALCA. Mi colega brasileño,
subsecretario Graça Lima, sin duda estará
de acuerdo conmigo, dado el éxito del acuerdo
con MERCOSUR. De modo que no solamente proliferan
los acuerdos subregionales en todas las
Américas, sino que, más importante aún,
se construyen puentes entre los diferentes
bloques de comercio regionales.
¿Por qué
– podría uno preguntarse – tomarse la molestia
de formar bloques de comercio regionales?
¿Por qué no reunir a los países de las Américas
y redactar un sólo acuerdo con las mismas
reglas para todos? ¿Y cómo llegar, después
de todo, a hacer realidad el ALCA? Interrogantes
todas muy buenas debido a que la meta última
es hacer que todos los países del hemisferio
formen parte de un acuerdo común. Sin embargo,
no debemos confundir la meta con el camino
para llegar a ella. Una página de historia
pesa más que un libro de lógica.
Los bloques
de comercio regional son un proceso de aprendizaje
para todos. Canadá ha sacado muchas experiencias
valiosas del Acuerdo de Libre Comercio y
del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte. Me permito señalar el mecanismo
de solución de controversias que Canadá
negoció con los Estados Unidos en el Acuerdo
de Libre Comercio de 1988. Ese mecanismo
ha funcionado bien y es una de las razones
principales por la que nuestra relación
bilateral ha sido tan exitosa a pesar de
que estamos comerciando con una economía
diez veces superior a la nuestra.
Lo anteriormente
expuesto nos lleva a considerar otra razón
por la que los bloques de comercio son un
puente deseable – algunos dirán que necesario
– hacia la constitución del ALCA
hemisférica.
Las 34 naciones que participan en el proceso
del ALCA tienen economías de diferentes
tamaños. ¿Cómo puede Trinidad, por
ejemplo,
con 1 millón de habitantes comerciar libremente
con Brasil, que cuenta con 160, o los Estados
Unidos, con más de 260 millones? Los bloques
de comercio regional han proporcionado un
medio para que las economías más pequeñas
y menos desarrolladas se abran y se enfrenten
a la competencia de los mercados internacionales
por etapas y en el marco de entidades
mayores.
Canadá ha
prestado desde hace mucho su apoyo a los
países de economía pequeña y comprendemos
sus preocupaciones acerca de su capacidad
para participar en el proceso de negociación
del ALCA. En calidad de presidente del Comité
de Negociaciones Comerciales, Canadá trabajará
estrechamente con el Grupo Consultivo sobre
Economías Pequeñas y escuchará atentamente
sus puntos de vista. Asimismo, proporcionamos
asistencia técnica para mejorar la capacidad
negociadora de los países de economía pequeña
en el hemisferio. Sabemos que el ALCA es
un gran proyecto para esos países y requerirá
disposiciones especiales en la fase de implementación.
Canadá está preparado para considerar, caso
por caso, las necesidades especiales de
las economías más pequeñas. Sin embargo,
al final de cuentas todos los países deben
tener los mismos derechos y obligaciones.
Luego entonces,
¿cómo vemos el futuro? ¿A qué desafíos nos
tendremos que enfrentar todavía? Uno de
los mayores es que el gobierno de Estados
Unidos no tiene autorización para hacer
uso de las negociaciones por vía rápida
en el caso del ALCA. Otro es persuadir a
nuestras respectivas sociedades civiles
de que el libre comercio es beneficioso
para todos. Digo esto sabiendo que muchos
de Uds., especialmente los representantes
del sector comercial, apoyan la creación
del ALCA y ejercen toda la presión que pueden
con objeto de que se obtenga la autorización
para efectuar negociaciones por vía rápida
lo más pronto posible. La presente falta
de autorización para la negociación de vía
rápida no debe detener nuestra marcha en
este proceso de siete años. Es un obstáculo,
pero no es imposible de vencer. Los estadounidenses
deben preguntarse por qué todo un hemisferio
se muestra dispuesto a participar en negociaciones
complejas del ALCA cuando no se cuenta con
el compromiso de la principal economía del
conjunto. Canadá, y probablemente el resto
de los países de las Américas, desean ver
aprobada la vía de negociación rápida en
la etapa temprana de las conversaciones,
ya que nadie desea sentarse a la mesa de
negociaciones dos veces.
Canadá está
orgulloso de presidir el Comité de Negociaciones
Comerciales durante los próximos 18 meses.
Como presidente, Canadá se encuentra en
el proceso de crear un "Documento de la
Presidencia", que se distribuirá en los
próximos días a gobiernos de todo el hemisferio.
El documento esbozará nuestra propuesta
de plan de trabajo para los próximos 18
meses y será el centro de nuestras conversaciones
en la primera reunión del comité de negociaciones
comerciales en Buenos Aires los días 17
y 18 de junio de este año.
Al ocupar
la presidencia en los primeros meses críticos,
una de nuestras metas principales será difundir
el mensaje. Debemos garantizar que se mantenga
informado al sector privado sobre las cuestiones
debatidas y el progreso alcanzado. Es esencial
ganarnos el apoyo de la opinión pública.
Canadá ha
adoptado un enfoque proactivo en hacer que
nuestra sociedad civil participe en el proceso
del ALCA y hemos consultado a muchos
grupos.
Hemos visto que, al final, tenemos el mismo
objetivo – crear una economía fuerte y dinámica
y puestos de trabajo de calidad para nuestros
pueblos. Como presidente, Canadá hará todo
lo posible por asegurar que el Comité sobre
la Sociedad Civil – cuya constitución acogemos
con agrado – tenga éxito en su mandato para
hacer que nuestra sociedad civil participe
constructivamente en cuestiones relativas
al ALCA. Esto incluye al comercio, los
trabajadores,
y grupos académicos y ambientalistas. En
los meses que precedieron la reunión de
Santiago, nuestro gobierno emprendió un
número de foros y consultas públicas en
todo el país con la sociedad civil. Ese
espíritu de consultas debe continuar.
Nuestros
esfuerzos se centran en algo más que el
comercio. En Santiago y en otros foros de
discusión nos hemos comprometido a tratar
el problema del mejoramiento de la educación
y la capacitación, la erradicación de la
pobreza y el establecimiento de instituciones
democráticas.
El proceso
del ALCA ya ha dado frutos que se expresan
en el hecho de que la cooperación en el
hemisferio ha alcanzado niveles nunca vistos.
Desde que comenzaran las negociaciones ha
habido un intercambio de información y datos
sobre reglamentaciones comerciales, regímenes
y acceso al mercado sin precedentes. Las
conversaciones comerciales surgen en todas
partes. El proceso del ALCA ha provocado
conversaciones comerciales regionales y
viceversa. ¿Acaso las diferentes discusiones
no se apoyan en las otras y entre sí?
Los bloques
de comercio regionales crean economías más
fuertes y dinámicas en la región. La creación
de bloques de comercio prepara a un hemisferio
de profesionales con experiencia en asuntos
comerciales que les permitirá negociar un
acuerdo más amplio. Los bloques ayudan a
educar a los profesionales de países de
economías pequeñas para las negociaciones
que se avecinan en el contexto del ALCA
y la OMC.
Canadá está
entusiasmado acerca del futuro que le aguarda
como miembro de la familia hemisférica.
La próxima reunión de ministros de comercio,
cuyo anfitrión será Canadá, desempeñará
un papel fundamental en el éxito del proceso
del ALCA.
El Primer
Ministro Chrétien, en el discurso que pronunciara
durante la ceremonia de clausura de la Cumbre
de las Américas celebrada el mes pasado
en Santiago, resumió la evolución de nuestra
relación con el hemisferio cuando dijo:
"está claro que nos estamos convirtiendo
en algo más que amigos, nos estamos convirtiendo
en una gran familia".
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