Hemisferización
de la esperanza: Mantener el impulso de
la Cumbre de las Américas
Por David Kilgour, Diputado Sud-Este de
Edmonton,
Secretario de Estado para América
Latina y Africa
EcoLatino, Enero, 2002
La Cumbre
de las Américas, que reunió
treinta y cuatro (34) países miembros
de la Organización de los Estados
Americanos (OEA) en Quebec, el pasado mes
de abril, logró generar debates
importantes,
algunos diálogos honestos y un sólido
Plan de Acción. Permítanme
ponerlos al corriente de las actividades
realizadas hasta la fecha.
Fortalecimiento
de la democracia
El avance
realizado a partir de la Cumbre en el área
de fortalecimiento de la democracia es digno
de mención.
Todos recordamos
dónde estábamos el 11 de septiembre.
Yo estaba
en Lima, Perú, para la reunión
de una sesión especial de la asamblea
de la Organización de los Estados
Americanos (OEA). Lo último que uno
hubiera pensado, mientras los delegados
llegaban para adoptar la Carta Democrática
Interamericana, era que podía ocurrir
un ataque a la democracia más poderosa
de nuestro hemisferio. En realidad fue un
ataque a la humanidad entera.
La importancia
de la Carta se hizo más clara para
todos nosotros cuando el Secretario de Estado
de Estados Unidos, Colin Powell, nos dijo
que quería, no obstante, permanecer
en Lima hasta la adopción de la Carta.
Aproximadamente una hora después
de que el segundo avión de pasajeros
se incrustara en las Torres Gemelas, 34
representantes hemisféricos adoptaron
por unanimidad la Carta Democrática
Interamericana, logrando así uno
de los mayores objetivos de la Cumbre.
Seguridad
En Quebec
elaboramos un Plan de Acción
realista,
al cual pensamos atenernos. Los eventos
del 11 de septiembre no han cambiado la
orientación —-más bien
han puesto en evidencia que el Plan de Acción
es la clave para contener nuevos ataques.
El 21 de septiembre, los ministros de asuntos
extranjeros de todo el hemisferio aprobaron
por aclamación una resolución
expresando que, de acuerdo con el Tratado
de Río, todos los estados miembros
“deberán brindar asistencia
recíproca efectiva para enfrentar
tales ataques y la amenaza de ataques similares
contra cualquier Estado americano, y para
mantener la paz y la seguridad del Continente".
El camino
hacia adelante
Canadá
está decidido a ser líder
en la creación de instituciones centradas
en las personas de las Américas.
Tenemos experiencia en ayudar a construir
un sistema global, basado en normas internacionales;
una relación privilegiada con Estados
Unidos y México, y un papel activo
de colaboración, en pie de igualdad,
dentro de la "gran familia" de
la OEA.
Permítanme
concluir citando un pensamiento de uno de
los más conocidos libertadores de
las Américas, Simón Bolívar.
Con una notable comprensión de la
vulnerabilidad de las naciones y una increíble
precisión de lo que sería
posteriormente el enfoque canadiense para
el fortalecimiento de las Américas,
escribió en su carta de Jamaica en
1815:
" Cuando
los sucesos no están asegurados,
cuando el Estado es débil, y cuando
las empresas son remotas, todos los hombres
vacilan; las opiniones dividen, las pasiones
las agitan, y los enemigos las animan para
triunfar por este fácil medio.”
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