La
Asamblea General de la OEA
Por David Kilgour, Diputado Sud-Este de
Edmonton,
Secretario de Estado para América
Latina y Africa
La Tribuna Latina, Abril, 2000
Durante el
mes de febrero 2000, mi colega el Ministro
de Relaciones Exteriores, Honorable Lloyd
Axworthy, ha visitado la Sede de la OEA
en Washington a fin de hablar de su agenda
de seguridad humana y subrayar prioridades
canadienses para la Asamblea General de
la OEA, que se va a celebrar en Windsor
a principios de junio del corriente año.
En el discurso
del Señor Axworthy se tratan de varios
puntos importantes. En primer lugar se refiere
a la importancia de la inmigración,
como ella nos une, como se extiende desde
la Tierra del Fuego hasta el Canadá;
y como a través de esas diferencias
nos hemos erigido en sociedades dinámicas.
Nativos e inmigrantes que han venido de
Europa, Asia o Africa se han asentado en
diferentes partes del hemisferio para formar
una América que se distingue del
resto del mundo con sus perspectivas particulares
y que se prepara para afrontar los desafíos
del siglo XXI.
Invita a
estrechar más los lazos comunes,
para beneficio de todos, y crear una América
unida .
También
se refirió a los desafíos
que se presentan a los países del
continente tales como la participación
de la ciudadania en el desarrollo de la
democracia, la lucha contra el flujo de
drogas ilícitas y el uso abusivo
de las armas de fuego ligeras. Esfuerzos
en estas áreas mejorarán la
seguridad de la población, sus derechos
humanos y su participación en el
progreso de la sociedad. También
se reforzará la gestión gubernamental.
En general todo aquello que afecta la seguridad
humana para dar oportunidad a la estabilidad
de nuestras sociedades, la cual es de una
importancia crucial para acoger a los inversionistas
que contribuyen a la prosperidad de nuestro
hemisferio.
En otras
palabras esto significa que nuestras instituciones
nacionales y regionales, con la OEA a la
cabeza, deberán adaptarse a las exigencias
de la seguridad humana, y al mismo tiempo
apoyarla sin reparo.
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