Esta primavera se cumple el 65 aniversario de la Misión de Raoul Wallenberg en Hungría. A principios de
esta semana, se rememoró en Ottawa, el día el Holocausto con la presencia de sobrevivientes, diputados y senadores de
todos los partidos, embajadores de al menos 50 países y muchos más para recordar la peor catástrofe registrada en la
historia impuesta por el régimen de Hitler, que incluyó un millón y medio de niños entre los 6 millones de muertos.
También esta semana, Mahmud Ahmadinejad quien niega el Holocausto, escenificó una tóxica farsa en la conferencia de la
ONU donde supuestamente se abordaba la discriminación, nos recordó lo lejos que está de concluir el trabajo de
Wallenberg. Después el Secretario general de la ONU tuvo que decir: “Deploro el uso que el Presidente de Irán hizo de
esta plataforma para acusar, dividir y aún incitar.”
Esta noche, sin embargo, nos reunimos para honrar a Wallenberg y recordar como arriesgó su vida a diario y probablemente
a cada hora durante 6 meses, para salvar la vida de decenas de miles de judíos húngaros de los campos de muerte nazis.
También debemos considerar nuestra responsabilidad para reivindicar el fin de la inactividad internacional después de su
secuestro, encarcelamiento y supuesta muerte en las oscuras cámaras del Gulag soviético. Ahora, se deben conocer y
explicar al mundo las circunstancias de su desaparición.
El mundo admira a Wallenberg por ser uno de sus humanitarios más valientes. Fue nominado en dos ocasiones al Premio Nobel
de la Paz. Recordado como ciudadano honorario en 4 países, con monumentos conmemorativos en doce y timbres en ocho, ha
sido el tema de muchos libros y películas. Su madre, padrastro y amigo, Per Anger, hicieron en vano cuanto pudieron
mientras vivieron para encontrarlo y saber qué pasó con él. Otros con más influencias y medios deben de actuar ya. Ya
llegó el tiempo de conocer el final de la historia de Wallenberg, de descubrir la verdad de sus últimos meses y años.
Este acto de respeto dará pleno significado a todos los honores que se le otorgaron.
Valor natural
Raoul Wallenberg nació en el seno de dos familias suecas prominentes en los negocios, la medicina y la diplomacia. Más
tarde estudió arquitectura en la Universidad de Michigan, donde se le conoció por su buen humor, energía y “anti-
esnobismo”. Durante las vacaciones, viajó pidiendo aventón por los Estados Unidos, México y Canadá. Después de
graduarse, pasó un tiempo en Sudáfrica y Medio Oriente. Posteriormente, observó la huida de los judíos alemanes del
horror de las leyes de Nuremberg de Hitler.
En 1941, Wallenberg empezó a trabajar en un negocio de alimentos en Estocolmo y Europa Central. Esto lo condujo primero a
Budapest, la ciudad que amó. En 1944, lo contrató el Consejo Americano para Refugiados de Guerra, que fue creado por el
presidente Roosevelt, aunque demasiado tarde para salvar a las victimas del nazismo. Sus rescates, eran principalmente
llevar a los judíos a “casas seguras” que rentaba para ellos en la neutral Suecia, solamente los últimos 6 meses, pero
probó su efectividad con miles porque la guerra estaba acabando. Después Adolf Eichman hizo explotar su auto. Wallenberg
tuvo que dormir en diferentes sitios cada noche para evitar más ataques contra su vida.
Sandor Ardai, uno de los choferes de Wallenberg en Budapest, describió como su audacia impresionó incluso a los Nazis
cuando interceptó un tren completamente cargado de judíos húngaros que iban a una muerte segura a Auschwitz.
“Wallenberg trepó al techo del tren y comenzó a acercarles a la gente los pases protectores a través de las puertas que
no estaban selladas. Ignoró las órdenes de los alemanes de bajar, entonces los hombres de la flecha cruzada (nazis
húngaros) comenzaron a disparar y a dispararle para que se fuera. Los ignoró y calmadamente continuó entregando
pasaportes a las manos de quienes lograban alcanzarlos. Creo que los hombres de la flecha cruzada deliberadamente ponían
la mira por encima de su cabeza…porque estaban muy impresionados por su valor.”
Después de su captura por soldados rusos el 17 de enero de 1945, no se volvió a saber nada de Wallenberg. ¿Qué irónico
fue para un hombre que condujo a tantos hacia la luz- ser abandonado por la comunidad internacional? Un muro de
indiferencia se levantó alrededor de su destino, construido principalmente por los gobiernos que tuvieron los medios pero
les faltó voluntad, para actuar en su defensa.
Dimensiones canadienses
Wallenberg y Nelson Mandela, junto con el Dalai lama son los únicos ciudadanos honorarios de Canadá. En 1985, la Cámara
de los Comunes y el Senado aprobaron por unanimidad una declaración que lo convertía en nuestro primer ciudadano
honorario.
Canadá también declaró el 17 de enero, el día que desapareció, Día de Raoul Wallenberg. Se encuentran muchos monumentos,
parques y conmemoraciones que lo honran a través de todo nuestro país. Incluye el Parque Raoul Wallenberg y su escultura
en Ottawa. El Rincón Wallenberg en Calgary, el Parque Wallenberg en Saskatoon y el monumento conmemorativo detrás de la
Catedral de Cristo en el centro de Montreal. Una secundaria judía en Toronto- la Academia de la Comunidad Hebrea
Tanenbaum- que después tomó su nombre. Debo, sin embargo, agregar que en esta semana en una secundaria de Ottawa ninguno
de los 30 estudiantes con los que hablé sabía quien fue Wallenberg. Tampoco dos de sus maestros.
Hoy, Canadá debería hacer un mayor esfuerzo que en el pasado por mostrar respeto por la vida de uno de sus ciudadanos
honorarios.
Preguntas sin Respuesta
Se creyó por investigadores independientes casi universalmente, que el destino de Wallenberg yace en su archivo de la
prisión, del tipo creado para todos los presos del sistema penal soviético. Intentos previos de los investigadores,
incluso el Grupo de Trabajo Sueco-Ruso que funcionó de 1991 al 2000 para encontrar su rastro en Rusia, fallaron en
obtener acceso a su archivo- si bien partes importantes al parecer aún existen.
El reporte emitido por el Grupo de Trabajo Sueco-Ruso en el 2000 enumera 13 preguntas dirigidas al gobierno ruso antes
de determinar el destino de Wallenberg. En los nueve años que han pasado, ninguna ha sido contestada aceptablemente.
Por ejemplo, los expertos preguntaron sobre el contenido de los documentos preparados en 1965 en las reuniones del
Politburó y el Comité Central, que discutió y aprobó la respuesta al Dr. Nanna Svartz de Suecia. En 1961, el Dr. A.L.
Myasnikov de Rusia dijo a Svartz que Wallenberg estaba aún vivo en un hospital de Moscú. Después se retractó, pero en
privado admitió a Svartz que Nikita Krushchev lo había presionado para que retirara su primera declaración.
En su reporte publicado en 1998, el abogado de derechos humanos canadiense e investigador de Wallenberg, David Matas
concluyó de la misma manera, que la primera dificultad para determinar el destino de Wallenberg es la incapacidad de los
investigadores independientes a acceder a los archivos rusos confidenciales. Otro problema es que el gobierno sueco
sigue reclamando principalmente y en algunos casos aún derechos exclusivos en base a la ciudadanía sueca de Wallenberg.
Suecia
Desafortunadamente, el patrón de indiferencia en Suecia comenzó muy pronto. En los 40’s, el gobierno de Estocolmo ni
siquiera pidió el regreso de Wallenberg, aparentemente en base a que él, un diplomático sueco, trabajaba en un cuerpo de
rescate americano. Jan Lundvik, diplomático sueco ahora retirado quien se encargó del archivo de Wallenberg por décadas,
indicó a principios de este año al periodista Joshua Prager del Wall Street Journal , que los lideres políticos de su
país estaban más preocupados por la problemática de los principios de la social democracia en Suecia, que en defender los
derechos de un hijo nativo. Ludvik: “¿Cómo podría el gobierno socialista intervenir en defensa de un Wallenberg?”
De acuerdo a un memorandum descubierto en el Ministerio de relaciones exteriores ruso, el entonces embajador sueco
Staffan Soderblom dijo al segundo ministro soviético ya en diciembre de 1945, “Sería espléndido si la delegación sueca
diera la respuesta de que…Wallenberg está muerto.”Mi impresión es que cada gobierno sueco hasta ahora- aún durante los
años de la Glasnost de Gorbachov y Yeltsin- está más interesado en cultivar buenas relaciones con Moscú que en honrar a
uno de sus ciudadanos más respetados internacionalmente.
Estados Unidos
Rusia y Suecia no estuvieron solas en su inactividad. Wallenberg y su equipo especial dentro de la misión sueca en
Budapest salvó posiblemente a tantos como 100,000 judíos y otros del Holocausto, más de una tercera parte de todos los
que salvó la Administración de Refugiados de Guerra de Estados Unidos. Hasta su captura, fue el más activo. Sin embargo
desde 1945, las sucesivas administraciones de Estados Unidos ofrecieron poco más que simbolismos para resolver su
desaparición.
En 1945, al embajador estadounidense en la Unión Soviética se le pidió ayudar a la misión sueca en Moscú en el asunto.
Pronto, la necesaria intervención americana a alto nivel de hecho terminó. Con la excusa de la Guerra Fría para no
actuar, que ya no aplica y que el presidente Medvedev señala querer elevar el estado de derecho en Rusia y que cada ruso
disponga electrónicamente de toda la información de la que dispone el gobierno de él o ella, esperamos que la enérgica
administración Obama aceptará esta causa.
Rusia
Después de su captura por soldados rusos en enero de 1945, no se supo más de Wallenberg, y entre otros reportes
discrepantes, Moscú podría firmar que murió en la prisión de Lubyanka en 1947. Durante décadas, ha habido muchos reportes
de antiguos reclusos de los gulags, que afirmaban haberlo visto, tener noticias de él, o comunicado con él en varias
prisiones rusas después de 1947.
Moscú ha evadido continuamente todos los esfuerzos para aclarar el misterio. Aún en el reporte del 2001, los rusos
insisten que fue asesinado en 1947 sin ofrecer ninguna evidencia, aunque reconocen que puede existir documentación
adicional en sus archivos.
La campaña rusa para ocultar que pasó con Wallenberg se puede separar en cuatro etapas:
-En 1945, su Ministro del exterior le dijo al Embajador sueco en Moscú que los militares rusos habían tomado “medidas
para proteger a Raoul Wallenberg y sus pertenencias” e informó a su madre que estaba a salvo y que regresaría pronto a
su casa. Ella descubriría más tarde que su hijo estaba entonces en Moscú en la prisión de muy mala fama de Lubyanka
admitido como “prisionero de guerra”.
-En 1957, en repuesta a la aplastante evidencia de los prisioneros liberados del gulag, que habían visto a Wallenberg, el
delegado del Ministerio del exterior Gromyko admitió que Wallenberg había estado en la prisión Lubyanka, pero insistió en
que murió de un ataque al corazón en 1947 y había sido cremado. Wallenberg tenía una excelente salud durante sus seis
meses en Budapest y el único crematorio en Moscú en ese entonces no tenía ningún Wallenberg en su lista de cremaciones en
1947.
-En noviembre del 2000, el antiguo miembro del Politburó y el poderoso presidente dela Comisión para la Rehabilitación de
las Victimas de la Represión de Stalin, Alexander Yakovlev (quien es muy conocido por los canadienses porque fue
embajador aquí), públicamente anunció que no murió de un ataque al corazón, sino que fue ejecutado de un tiro en 1947.
Como todos los funcionarios antes que él, Yakovlev no presentó evidencia que apoyara su afirmación.
Los principales archivistas de la ex Unión Soviética han enfatizado repetidamente, que la negativa del Kremlin a
proporcionar acceso suficiente a material relevante, es la causa del suspenso para descubrir el destino de Wallenberg.
Uno de los más respetados historiadores, Anatoly Prokopienko, insistió en muchas entrevistas que la condición decisiva
para una resolución del caso Wallenberg es “la voluntad política de los más altos lideres de Rusia”.
Hungría
Un investigador sobre Wallenberg (que desea guardar el anonimato), es sincero con respecto al papel de los sucesivos
gobiernos en Hungría desde que desapareció su capital, señalando un velo de secreto en colaboración con el gobierno ruso.
“En Hungría el acceso a los archivos de inteligencia…permanece cerrado para los investigadores. Buen ejemplo de ello,
son los documentos con respecto a los juicios planeados como espectáculos de 1952/53, que estuvieron centrados en gran
parte en Raoul Wallenberg. Reunieron e interrogaron a docenas de antiguos colegas- un hecho extraordinario a 7 años de su
desaparición. Fueron a puerta cerrada y vigilados desde Moscú…Muchos de los documentos permanecen inaccesibles en
Hungría y Rusia”. Podrían proporcionar pistas importantes de cómo los soviéticos consideraban el caso en ese momento.
Podrían además responder con certeza a la pregunta de si (Wallenberg) murió en 1953.
“Al menos tres personas que trabajaron con Wallenberg en la misión sueca en Budapest en 1944/45 terminaron como
prisioneros en el más grande secreto en la Unión Soviética. Es realmente notable, dado los millones de almas encarceladas
en las prisiones soviéticas después de la guerra. Sus expedientes investigados permanecen fuera de los límites de Hungría
y Rusia. Otros de sus más cercanos colaboradores (Wallenberg) fueron detenidos y asesinados…Así que, una vez más,
ocupamos el tema central: No nos enfrentamos a una carencia de opciones sino a una falta de voluntad.”
Acción Efectiva por mucho tiempo retrasada
David Matas ofrece razones poderosas del por qué ahora deben tomarse acciones efectivas para resolver el caso Wallenberg
y recomienda los pasos concretos necesarios para resolver el misterio:
1-Hacer todo lo factible para persuadir al gobierno de Medvedev-Putin de hacer público todo lo que retiene sobre
Wallenberg.
2-Tratar de involucrar a los gobiernos de Canadá y de otros países como un deber internacional:
Si bien el Holocausto nos mostró la profundidad a la cual la humanidad puede descender, Wallenberg escaló la altura del
valor humano y al mismo tiempo cuando muchos no hicieron nada de cara al horror Nazi. Con su acción y las muchas vidas
que salvó, Wallenberg un cristiano, demostró su amor por el prójimo. También recuerda al mundo postmoderno que el
espíritu humano puede prevalecer de cara a la maldad.
Canadá ha vivido las dificultades de investigar en Rusia con el objeto de procesar crímenes de guerra,
desnaturalizaciones y deportaciones. Podemos aplicar las lecciones aprendidas aquí en la investigación de Wallenberg. Hay
bastantes antiguos alumnos de la Unidad de crímenes de guerra, que tienen contactos y experiencia. Pueden contratarlos
para continuar el caso Wallenberg que es similar a lo que hicieron ya en crímenes de guerra.
3- Desarrollar una nueva estrategia:
Las autoridades responsables en Moscú deberían enfocarse en procurar acuerdos para obtener acceso a los archivos de la
KGB para identificar y localizar a testigos, y entrevistar a los rusos por historiadores que trabajen para el gobierno de
Canadá.
4-Fomentar que el Parlamento sueco dirija audiencias de testigos formales en el caso Wallenberg:
Debería llamar a todos los testigos comprometidos, de preferencia con todos los participantes bajo juramento, que den una
descripción completa de cómo se ha manejado la búsqueda de Wallenberg hasta la fecha.
5-Formar un grupo pequeño de expertos internacionales.
Si es posible en coordinación cercana al lado sueco, el grupo debe proseguir con los archivos rusos con una serie de
preguntas definidas rigurosamente y exigir acceso total a los archivos rusos específicos. Otros países, incluyendo
Israel, deberían también impulsar abrir todos sus archivos sobre Wallenberg. Todos los gobiernos deberían acordar sacar
la información sobre él a los investigadores, quizás protegiendo las fuentes. La duración de este trabajo no debe exceder
los 6 meses.
6-Tomar pasos concretos- así sean pequeños-para honrar la memoria de Wallenberg y llamar a la acción:
-Hablar a los jóvenes sobre Wallenberg
-Enviar una carta o e-mail al Primer ministro, lideres de la oposición o su propio diputado, acercarse para conversar o
conocerlos en sus oficinas ; llamarlos por teléfono o con todos ellos discutir el caso Wallenberg;
-donar dinero a alguna de las asociaciones de Raoul Wallenberg
Urgencia
La investigación Wallenberg es un asunto urgente en parte porque sus hermanos, Guy von Dardel y Nina Lagergren, aún están
vivos. Con esperanza un poco más en este punto, todos los expedientes que arrojen luz sobre el destino de su hermano
serán expuestos. Sin embargo, estaríamos de acuerdo en que “justicia aplazada es justicia negada”. Para la familia de
Wallenberg sería pasar una vergüenza más sin conocer la verdad acerca de su destino.
Algunos responsables del destino de Wallenberg y sus encubridores probablemente aún están vivos. Los responsables
deberían ser llamados a dar cuentas. Es probable que el miedo a ser encerrados sea la razón por la cual el descubrimiento
completo es tan difícil. El asesinato de Wallenberg y su encubrimiento, si fue asesinado, es uno de los grandes crímenes
del siglo XX. Idealmente, cualquier perpetrador sobreviviente debería ser llevado a la justicia, pero en última instancia
ellos deberían ser expuestos.
Ley Internacional
La Declaración de la ONU sobre la Protección de Todas las Personas Desaparecidas a la Fuerza aplica a Wallenberg. Aunque
los rusos probablemente no lo están ahora escondiendo en su sistema carcelario u hospitalario, investigación
insuficiente, el suspenso para hacer público los documentos relevantes, negando al caso la atención y la prioridad que
merece, pueden sumar violaciones a esta declaración. Impone obligaciones a todos los estados de investigar el destino de
una persona desaparecida.
La ley internacional requiere de todos los estados proteger a las personas con estatus diplomático o consular, Wallenberg
era Secretario de la Embajada sueca en Budapest, portaba pasaporte diplomático sueco. Como tal, merecía protección
internacional. La violación de la seguridad o garantía de un diplomático suma un crimen bajo la ley internacional.
Corresponde a cada estado investigar y llevar a la justicia a los perpetradores de tales crímenes.
Conclusión
En un reciente acontecimiento, el actual Director de los archivos de Departamento de Seguridad Federal de Moscú declaró a
“Vremya Novosti” (enero 14 2009), que la “fecha y la causa de la muerte de Raoul Wallenberg no está aún determinada”
y que desde el punto de vista de Rusia “el caso Wallenberg no es un capítulo cerrado”. Hizo referencia al hecho de que
los investigadores presentaron preguntas a las autoridades rusas que necesitan respuestas. Con esperanza Rusia finalmente
indica buena disposición al considerar permitir el acceso a expedientes necesarios y decisivos.
Marthin Luther King, Jr. dijo: “La falta de humanidad del hombre hacia el hombre no es solo la perpetrada por las
acciones virulentas de los que son malos. Sino la perpetrada por la inacción depravada de los que son buenos…En esencia
la tragedia no es la opresión y la crueldad de la gente mala sino el silencio de la gente buena…al final, recordaremos
no las palabras de nuestros enemigos, sino el silencio de nuestros amigos.”
La inacción de muchos en el mundo durante el Holocausto animó a Hitler a cometer crímenes en contra de un gran número de
gente. La indiferencia y la inacción para resolver el misterio del destino de Wallenberg por los gobiernos sucesivos de
Rusia, Suecia, Hungría y otros países, ha negado a las víctimas del holocausto la oportunidad de expresar su gratitud
hacia su heroico desafío contra Hitler. Peor aún, falló en honrar adecuadamente a Wallenberg por su coraje, dignidad y
humanidad, fallamos conjuntamente en celebrar a uno de los más duraderos elementos del espíritu humano.
Es tal fracaso el que trajo como resultado tragedias similares en otras partes del mundo. Ruanda y Darfur son dos
ejemplos recientes donde la indiferencia y la inacción han resultado en desastres humanos, que continúan avergonzándonos
a la vez que millones de personas han sufrido la infamia del genocidio y los crímenes en contra de la humanidad.
En palabras del Sr. Matas: “Hacer a un lado el resolver el misterio de la muerte de Wallenberg, si fue asesinado, es
asesinarlo dos veces. Decir que su muerte no nos importa es una manera de decir que él no nos importa. Ignorar la muerte
de Wallenberg significa matar su memoria. En esta muerte seríamos todos cómplices. Si realmente honramos y recordamos a
Wallenberg, no sólo debemos recordar su vida. Debemos recordar su muerte. Sin embargo, no podemos recordar lo que no
conocemos. Sólo revelando el misterio de su muerte, podemos verdaderamente honrar su vida.”
¡Ahora es el tiempo de la acción! ¡Hay que resolver el misterio del caso Wallenberg!
El contenido de esta charla, es por supuesto, completamente mi responsabilidad, pero quiero agradecer a las siguientes
personas su inspiración y consejo: Susanne Berger, Max Grunberg, Foralove Katz, David Matas, Truda Rosenberg y Haiyan
Zhang.