Hace casi exactamente diez años, el partido-estado de Pekín lanzó su
campaña en contra de lo que el gobierno calculaba eran 70-100 millones de practicantes de
Falun Gong. El definitivamente no-político Falun Gong, que es una comunidad que practica
ejercicios con un componente espiritual, pronto se convirtió en el último de una larga
lista de “enemigos del partido”. Las atrocidades en contra de los seguidores de Falun
Gong continúan hasta hoy en toda China.
Los reinados de terror en contra de los grupos y las personas seleccionados por el Partido
han ocurrido periódicamente desde que Mao Zedong llegó al poder en 1949. En el nombre de
la revolución, millones murieron de hambre, por ejemplo, en el Gran Salto Adelante de
1958; incontables fueron torturados, injuriados, ejecutados y privados de la dignidad
humana básica. Sin embargo, pocos ciudadanos chinos son peor tratados que a Falun Gong.
La extirpación de órganos a los practicantes de Falun Gong fue estudiada en un informe
independiente por el jurista David Matas y por mí (http://organharvestinvestigation.net
). Los dos encontramos 52 clases de pruebas evidentes que indican que este crimen en
contra de la humanidad está ocurriendo. El gobierno chino no ha dado respuestas
sustantivas a nuestro informe.
Tan sólo en este mes, tres abogados fueron arrestados en China por atreverse a defender a
practicantes de Falun Gong. La persecución a otro prominente abogado, Gao Zhisheng, quien
defendió a Falun Gong continúa. Fue arrestado dos veces y sufrió setenta días de tortura.
A pesar de las repetidas exhortaciones de una gama de grupos internacionales y chinos para
dar cuenta de su paradero y liberación, Pekín las ignora todas.
¿Genocidio?
David Matas concluyó, el 9 de julio de este año en la Asociación Internacional de
Estudiosos del Genocidio en la Universidad George Manson en Arlington, Virginia:
“Cada embajada china en todo el mundo participa en esta incitación (contra Falun Gong). A
pesar de sus desmentidos, tienen que saber de los asesinatos en masa de practicantes de
Falun Gong. La evidencia llena los informes de derechos humanos. Hay artículos de prensa
constantemente. La información está a un clic de ratón en el internet. Cualquier
afirmación de ignorancia significaría que premeditadamente cierran los ojos ante lo obvio,
no en defensa de la ley. Así, en suma, se ha cometido el crimen de genocidio en contra de
la comunidad de practicantes de Falun Gong, a través de la tortura, la extirpación de
órganos y la incitación que induce a ambas. Los elementos del crimen, las muertes en masa
con base en la identidad y el intento de destruir a un grupo, se puede establecer.”
El Sr. Matas proporciona razones detalladas para llegar a esta conclusión legal, que está
disponible en la sección Actualización de nuestro informe en el sitio web.
Los Gulag de China
El trabajo forzado es trágicamente tan común hoy día, pero sólo el partido-estado chino lo
usa para castigar y reprimir a sus ciudadanos. Cualquier chino puede ser enviado a un
campo sin ningún tipo de juicio en auto de formal prisión por un máximo de cuatro años con
la firma de un policía. No hay apelación posible. Mao en los años 50 copió muy de cerca el
modelo de campo de trabajo instituido en la Rusia de Stalin y la Alemania de Hitler, que
sólo hoy día continúa en China.
En China, sólo los reclusos de Falun gong en los campos son usados como bancos de órganos
vivos a ser extirpados para venderlos a extranjeros o ciudadanos chinos. Se requieren
exámenes médicos previos para que los órganos puedan coincidir con los receptores, pero
solo los prisioneros de Falun Gong dentro de la población de los campos son examinados
medicamente con regularidad. Calculando 340 campos en toda China en el 2005, más de
300,000 “trabajadores” se esfuerzan en condiciones inhumanas por más de 16 horas diarias
sin ningún sueldo, produciendo una gran variedad de productos de consumo, la mayoría para
exportación en una flagrante violación a las normas de la Organización Mundial de
Comercio.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos
Tales prácticas son completamente consistentes con el rechazo de Pekín a las
recomendaciones promovidas por muchos gobiernos, incluido el de Canadá, en la Revisión
Periódica Universal de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU a principios de este año.
Entre las recomendaciones rechazadas por el gobierno chino incluían: terminar con todas
las formas de detención arbitraria, incluyendo los campos de trabajos; garantizar la
libertad de creencia y el derecho a culto; implementar las recomendaciones de la Comisión
contra la Tortura de la ONU, que incluía referencias a la persecución a los practicantes
de Falun Gong y la extirpación de sus órganos; y asegurar que los abogados puedan defender
a sus clientes sin miedo o acoso.
El comercio con China realmente ha sido una costosa propuesta para muchos en el mundo. Un
sinfín de violaciones a las prácticas de comercio internacional contribuyen al déficit del
comercio bilateral con Canadá, al alza a favor de China de $3,900 millones de dólares en
1997 a $26,800 millones en 2006, mientras terminan muchos sustentos manufactureros en todo
Canadá.
Conclusión
Mientras el mundo sufre la crisis económica y aspira a la cooperación de China ocupándose
de sus retos, es tentador pasar por alto el espantoso récord en derechos humanos de Pekín.
Debemos recordar a nuestros líderes que hablar con evasivas del récord de China es una
desviación de los propios valores de dignidad humana y estado de derecho. Debemos tener
cautela en que comerciar con China a cualquier precio es costoso para ambos, tanto para el
pueblo chino y del mundo. Debemos recordar los sacrificios de las víctimas de la masacre
de Tiananmen y otros abusos. Debemos exigir que, en lugar de mofarse de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, China debiera respetar sus disposiciones.