El 28 de julio del 2009, la policía iraquí atacó a los habitantes del Campo de refugiados de Ashraf, nueve muertos, treinta y seis secuestrados y cientos de heridos. Las fuerzas armadas de Estados Unidos, que estaban presentes, grabaron en video el ataque, pero nada más. No se opusieron durante el ataque o después. No hicieron ninguna declaración pública sobre lo que había presenciado. No transmitieron los vídeos que habían tomado.

La Secretario de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, cuando se le preguntó en una conferencia de prensa en Washington, DC, sobre el ataque del día anterior contra el Campo de Ashraf, dijo:

"Y aunque el gobierno de los EE.UU. está comprometido y preocupado por esta cuestión, ahora se trata de que el gobierno de Iraq lo resuelva de conformidad con sus leyes." El gobierno de los Estados Unidos, en otras partes del mundo, condena las violaciones a los derechos humanos. No debería hacer menos en Iraq donde las violaciones ocurren delante de sus propias fuerzas armadas.

Espero y confío en que el gobierno de los EE.UU. tomará nota y reprobará las graves violaciones a los derechos humanos de los habitantes del Campo de Ashraf. Pero ahora que no está ocurriendo, tenemos que encontrar a otros gobiernos de la comunidad internacional que estén dispuestos a hacer lo que los Estados Unidos no está haciendo.

Yo vine de Canadá esta mañana. Mañana tengo la intención de ir a Ginebra, donde espero reunirme con funcionarios de la Cruz Roja y la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas de Derechos Humanos para preguntar si pueden enviar observadores de inmediato al Campo de Ashraf. Espero que los observadores estén presentes en el Campo de refugiados y no, como los americanos, afuera.

Debido a que la policía iraquí ha atacado a los residentes del Campo de Ashraf con impunidad, una presencia internacional es necesaria para poner un freno a su crueldad. Una presencia internacional, que pueda informar pública y objetivamente que está ocurriendo en el campo, creo yo, serviría para limitar el comportamiento de la policía iraquí.