Temeroso de perder el poder, el Gobierno chino persigue, tortura y
asesina a miles de practicantes del Falun Dafa, una disciplina
milenaria encaminada a mejorar la salud y brindar paz interna, que ya
tiene millones de adeptos en ese país y en el mundo; denuncian que
autoridades trafican con órganos de ejecutados
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David Matas divulga las atrocidades
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David Kilgour da seguimiento a denuncias
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A unos cuantos meses de celebrarse los Juegos Olímpicos en
Pekín, China, este país es objeto de la atención de la opinión pública,
ya que son incontables los actos de brutal represión e intolerancia que
tiñen de sangre los aros olímpicos.
Mientras que millones de seres
humanos se aprestan para ser testigos de la justa olímpica, y China
pretende mostrarle su mejor cara al mundo, el intolerante trabajo del
Partido Comunista, el cual detenta el poder, ha sido denunciado y
puesto en evidencia en todo el globo terráqueo, haciendo ver a los
gulags rusos y los campos de concentración nazis como simples jardines
de niños.
Incontables historias de asesinatos y terror ejemplifican
el alto grado de intolerancia al que puede llegar un grupo para ejercer
y arraigarse en el poder, aun a costa de miles de vidas humanas y pese
a que el evidente genocidio representa para la historia moderna uno de
los más brutales ataques hacia la dignidad, la libertad de creencias y
la vida misma.
María Guadalupe Vigil, practicante y precursora del
Falun Dafa en México, nos habla de los actos de represión de uno de los
gobiernos más poderosos del mundo, que temeroso del cambio utiliza
todos los mecanismos y recursos a su alcance para aplastar con el puño
de la brutalidad a millones de chinos, en sucesos que por lo grave y
terrorífico de sus resultados hacen recordar al tristemente célebre
nazismo, que en la Segunda Guerra Mundial y en actos de racismo e
intolerancia total masacró al pueblo judío.
“Desde julio de 1999
arrestan arbitrariamente a los practicantes del Falun Dafa y los envían
a campos de labores forzadas, a prisión sin derecho a juicio, y los
meten a centros psiquiátricos para torturarlos”.
Guadalupe Vigil
agrega: “Falun Dafa inició en China en 1992, ahí se dio a conocer por
el maestro Lee Hon Ye, quien es su fundador. “Pero desde junio de 1999
el régimen chino lo prohibió, porque en escasos siete años había
crecido muy rápido y ya había alcanzado entre 70 y cien millones de
practicantes, lo cual había rebasado la membresía de los afiliados al
Partido Comunista Chino, que en ese entonces era nada más de 60
millones.
“El Gobierno, al ver que esta disciplina había crecido muy
rápidamente, pensó que esto iba a salir de su control y decidió
declararla ilegal, sin que nadie pudiera practicarla”.
¿QUÉ ES FALUN DAFA?
Falun
Dafa es una disciplina milenaria que proviene de las prácticas
tradicionales de China, consiste en cuatro ejercicios y una meditación
que están encaminados a ayudar a que el ser humano mejore su salud
física y mental. Pero lo más importante es lograr que el ser humano
eleve su calidad moral, ejerciendo los principios de verdad, compasión
y tolerancia en su vida cotidiana.
Es una técnica que comenzó a
ejercerse desde 1992 en China, llegó a Estados Unidos en 1996 y de ahí
se practica en 75 países del mundo. Se ha vuelto muy popular porque la
gente que la practica se ha dado cuenta de su efectividad, ya que
disminuye el estrés, aumenta la salud corporal, se tiene más
resistencia y rendimiento en el trabajo, más claridad mental, etcétera.
La
salud física y mental, así como la relación con los demás mejora, ya
sea en el hogar o en el trabajo. Todo ser humano puede practicarla
porque el esquema en que está diseñado es de fácil aprendizaje.
La
precursora del Falun Dafa en México, Guadalupe Vigil, asevera que en
China se tortura a los practicantes de esta disciplina, a quienes en
muchos de los casos están cautivos en campos de trabajos forzados
haciendo productos de exportación. “Los tienen laborando día y noche, e
incluso a veces ni de comer les dan. Los torturan constantemente y no
los dejan dormir, y eso está pasando desde hace ocho años”.
TRAFICAN CON ÓRGANOS
DE EJECUTADOS
Vigil
señala que en este tiempo mucha gente ha muerto. En marzo de 2006, un
periodista de origen chino que estaba trabajando para un periódico
japonés entró a China para hacer un reportaje, y al estar ahí descubrió
muchísimas cosas, entre ellas campos de concentración donde tenían a
miles de practicantes de Falun Gong (Falun Dafa), y se percató de que
había médicos, además de cámaras de incineración, y él fue el primero
que denunció esto en Estados Unidos, escapándose del Gobierno chino.
“De ahí se empezó a tener la sospecha de que aparte que torturaban a
los practicantes de esta disciplina, también se estaba traficando con
sus órganos.
“A partir de eso, en abril de 2006 se buscó la
oportunidad de conocer la verdad. Dos personas de alto prestigio, el
doctor David Kilgour, ex secretario de Estado de Canadá, y el doctor
David Matas, abogado internacional de gran renombre, tomaron el caso
para dar seguimiento a las denuncias en el sentido comprobar si
realmente se estaba reprimiendo a los practicantes de Falun Dafa; pero
no les permitieron la entrada a China.
“Posteriormente, por medio de
declaraciones y testimonios pudieron comprobar que tales denuncias eran
ciertas y que había pruebas de que realmente existe extracción ilegal
de órganos de practicantes de Falun Dafa. Actualmente ambos se dedican
a viajar por todo el mundo para difundir lo que está pasando en China”.
Cabe
destacar que en México hace tiempo, se realizó en el Club de
Periodistas una conferencia de prensa donde David Kilgour y David Matas
dieron a conocer la realidad de la utilización de los cuerpos de
cientos de miles de practicantes de Falun Dafa, detenidos contra su
voluntad en campos de concentración, prisiones y campos de trabajo
forzado por toda China, para un banco de órganos vivos destinados a
trasplantes.
En su Informe sobre alegatos de extirpación de órganos
a presos de conciencia en China”, indican que en ese país no se ha
sistematizado la donación de órganos, y que esta práctica no está
contemplada en la cultura de los ciudadanos chinos.
Antes de las
denuncias no había legislación que prohibiera la venta de órganos, y la
que hay ahora no se aplica, pues aproximadamente 42 mil trasplantes
practicados en China no cuentan con un registro.
LOS DESAPARECIDOS
De
acuerdo con el resumen del informe sobre alegatos de extirpación de
órganos a practicantes de Falun Dafa, tomando como base investigaciones
periodísticas y de organismos de derechos humanos e instituciones
oficiales, como el Departamento de Estado de Estados Unidos o el
Parlamento Europeo, y cifras de organizaciones de derechos humanos de
Falun Dafa, se estima que cientos de miles de practicantes de esta
disciplina están recluidos ilegalmente y/o desaparecidos dentro de los
campos de trabajo forzado, prisiones y campos de concentración chinos
desde que comenzó la persecución en su contra en julio de 1999.
Hay
registros de más de tres mil personas identificadas que murieron bajo
tortura como consecuencia de esta persecución; la cifra real no se
conoce (debido al hermetismo del Gobierno chino), pero se estima en
decenas de miles.
Es importante destacar que en un principio algunos
cadáveres fueron recuperados por los parientes de las víctimas, y
algunos tenían incisiones y órganos faltantes. Posteriormente las
autoridades comenzaron a cremar los cuerpos sin autorización de los
familiares.
Se argumenta que en China los practicantes de Falun
Dafa, aun vivos, son víctimas de la extirpación de órganos, la cual se
les realiza a la fuerza, en una gran variedad de lugares, conforme a
una política sistemática y en grandes cantidades.
¿Testigos?, sí los
ha habido, por ejemplo, la ex esposa de un cirujano chino reveló que en
dos años su ex marido extirpó cerca de dos mil córneas a practicantes
de Falun Dafa que fueron ejecutados.
También se menciona que hay
transcripciones de conversaciones telefónicas encubiertas a hospitales
y centros de trasplantes en China, en las que los comunicantes prometen
órganos procedentes de prisioneros de Falun Dafa, así como páginas web
de centros de trasplantes que anuncian la obtención órganos compatibles
en una o dos semanas, ofreciéndolos a precios que van de 30 mil a 200
mil dólares, según el órgano.
El Informe sobre alegatos de
extirpación de órganos concluye que el Gobierno de China y sus
agencias, en numerosas partes del país, en particular hospitales, pero
también centros de detención y cortes del pueblo, desde 1999 ha
ejecutado a un gran número de prisioneros de conciencia de Falun Dafa.
“Sus órganos vitales, incluyendo corazones, riñones, hígados y córneas,
son extirpados casi al mismo tiempo para venderlos a altos precios,
algunas veces a extranjeros, quienes normalmente afrontan largas
esperas por las donaciones voluntarias de tales órganos en sus países
de origen”.
El periódico La Gran Época publicó en abril del año
pasado que según fuentes del Partido Comunista Chino, la atrocidad de
extraer órganos a practicantes de Falun Dafa, mientras aún están vivos
y luego creman sus cuerpos para destruir la evidencia, ocurre en campos
de trabajo por todo el país.
LOS CAMPOS DE MUERTE
El
Despertar de la Conciencia, publicación elaborada por voluntarios de
Falun Dafa en el mundo, ha denunciado que China parece estar
produciendo voluminosas cantidades de dinero a cambio de muy poca
inversión. ¿Cuál es ese nuevo negocio? La venta de órganos humanos.
A
principios de 2006 surgieron informes sobre la existencia de más de 36
campos de muerte por toda China. Tres fuentes de ese país dieron
testimonio de los espantosos detalles al periódico La Gran Época, el
cual informó que el Partido Comunista Chino recurría a la venta de
órganos y a la elaboración de productos con partes del cuerpo humano.
La
inmensa mayoría de estas víctimas inocentes son los ciudadanos que
simpatizan con el Falun Dafa, quienes debido a la gran popularidad de
la práctica son perseguidos por orden del ex dirigente Jiang Zenin, del
Partido Comunista Chino.
Los arrestos secretos de una gran cantidad
de practicantes han proporcionado condiciones favorables para los
traficantes de órganos. Los seguidores del Falun Dafa escogidos para
las extracciones de órganos son principalmente de zonas rurales.
Ellos
vienen de clase social baja, desempleados, sin educación formal, y una
vez en los campos de concentración pueden ser completamente
desconectados de sus familiares.
Según el Centro de Información de
Falun Dafa, desde los inicios de la prohibición en 1999, millones de
adeptos que acudieron al Gobierno para apelar por el derecho
constitucional de practicar sus creencias, han sido detenidos,
secuestrados, torturados, asesinados o desaparecidos.
EL NEGOCIO DE LOS
TRASPLANTES ILEGALES
El
comercio ilegal de órganos está dirigido a la comunidad internacional.
Muchos de los clientes son provenientes de Japón y otros países
asiáticos, así como de naciones europeas y del Medio Oriente.
De
acuerdo con información provista por grupos de personas que estuvieron
en China para realizarse trasplantes, así como datos de la Organización
Mundial para Investigar la Persecución a Falun Gong, para un
transplante en China, incluyendo la búsqueda de un órgano compatible,
sólo se necesita de una semana a un mes como máximo. Si surgen
problemas se garantiza un nuevo órgano en menos de una semana.
Dado
que ese órgano es nuevo, también se necesita una prueba de
compatibilidad; sería imposible que la fuente sea un prisionero
condenado a muerte o alguien que falleció en un accidente. Sólo es
posible si la fuente viene de un depósito de órganos.
Tomando en
consideración que los trasplantes tienen que realizarse dentro de las
24 horas, este depósito de órganos sólo puede ser de gente viva, dada
la necesidad de tener listos los datos de la compatibilidad. En
Shenyang tiene que existir un depósito de órganos con un gran número de
gente preparada, lista para ser operada en cualquier momento.
Se
menciona que hoy día el Centro de Asistencia Chino de la Red
Internacional de Transplantes se jacta en su página de internet de que
en China sólo toca esperar de una a cuatro semanas para un donador de
hígado, cuyo costo será alrededor de 150 mil dólares, la mitad de lo
que valdría en Estados Unidos, por ejemplo.
En tanto, una versión
más de los Juegos Olímpicos tendrá lugar en ese país asiático. Se sabe
que por ser China el anfitrión, se puede decir que los multicitados
Juegos serán totalmente rojos. Pero lo que hasta hace poco no se sabía
es que serán rojos porque presuntamente se encuentran tintos con la
sangre de los seres humanos que sin misericordia han sido asesinados en
ese país.
Sin corazón ni cerebro
El
señor Wang Bin fue arrestado por apelar al Gobierno, y detenido en el
campo de trabajo forzado de Dongfeng Xinchun. La noche del 27 de
septiembre de 2000 los guardias les dijeron a cinco prisioneros que les
iban a reducir las sentencias si golpeaban a Wang Bin lo
suficientemente fuerte, y que serían castigados si no lo hacían.
La
golpiza le rompió el cuello y venas importantes. Sus amígdalas
resultaron dañadas, los ganglios linfáticos quedaron aplastados y
muchos huesos se fracturaron. Tenía moretones por todo su cuerpo.
Perdió la conciencia en el momento.
Cuando finalmente lo llevaron
al hospital popular de Daging, era muy tarde para salvarlo. En la noche
del 4 de octubre de 2000, Wang falleció a los 47 años. Sin embargo, dos
doctores del hospital quitaron su corazón y su cerebro.
Torturas inmisericordes
El
14 de mayo de 2004, la señora Wang Yunjie fue secuestrada por dos
policías cuando trabajaba en un centro comercial, y fue enviada al
pavoroso campo de labor forzada Masanjia.
Para quebrar su firmeza
y obligarla a renunciar al Falun Dafa, los agentes la torturaron por
seis meses, dándole golpizas, colgándola, impidiéndole dormir,
aislándola y obligándola a permanecer de pie o agachada durante días
seguidos. También se le obligó a realizar trabajos pesados por largas
horas.
En diciembre de 2004, después de privarle el sueño por
muchos días, sus captores le arrancaron la blusa y le electrocutaron
sus pechos con dos bastones eléctricos durante 30 minutos. Luego la
forzaron a permanecer de pie toda la noche.
Ellos rompieron unas
sábanas y cruzaron y ataron las piernas de la señora en una dolorosa
posición, además de esposar sus brazos por detrás de su espalda y atar
la parte superior de su cuerpo con sus piernas, haciendo que pareciera
una pelota humana.
Luego la suspendieron en el aire mediante las
esposas por espacio de siete horas. El dolor era agonizante. Después de
esto, la señora Wang no pudo enderezar su espalda ni sentarse derecha.
Las
descargas eléctricas desfiguraron sus pechos y eventualmente desarrolló
infecciones graves. A pesar de esto fue torturada seis meses seguidos
en el campo de labor forzada. Cuando los encargados del lugar se dieron
cuenta de que estaba muriendo, dieron la orden a su familia de pagar
dos mil yuanes por su liberación.
(José Flores)
Tubos en el esófago
La
señora Wan Xia fue sentenciada a siete años en un campo de trabajo
forzado. Ella comenzó una huelga de hambre para protestar por su
tortura. Como resultado, los guardias la alimentaron por la fuerza,
colocándole tubos en el esófago.
La ataron a una cama de tal forma
que no se podía mover. Le inyectaron drogas desconocidas y la colgaron
para golpearla. En julio de 2004, después de ser torturada
continuamente, pesaba sólo 20 kilogramos; a menudo perdía la
conciencia, mostraba señales de severos desórdenes mentales y había
perdido la memoria; luego sería liberada.
Debido a que su caso fue expuesto en páginas de internet extranjeras, ella desapareció en septiembre de 2005.